martes, 25 de septiembre de 2012

Mi confrontación con la docencia

Hacia el año de 1990, se me presentó la oportunidad de obtener una clave como personal administrativo dentro de la Secretaría de Educación Pública, para lo cual me ubicaron en la Escuela Secundaria Técnica No. 56 de la colonia La Roma al norte de la ciudad de Puebla. Ahí es donde tuve mi primer encuentro con lo que sería mi carrera futura, digo esto porque aún cuando mis labores eran administrativas, empecé a tener acercamiento con la dinámica que se genera entre alumnos y maestros, y me llamó tanto la atención que entré a estudiar el Bachillerato Pedagógico lo cual fue una gran experiencia, pues desde ese momento tuve la oportunidad de compartir con maestros que ya tenían experiencia en el ámbito educativo. Poco después, casi al año y medio de estar ahí, hubo la oportunidad de cambiarme a otra escuela, la Secundaria Técnica No. 60 de la Colonia San Manuel en la ciudad de Puebla, pero ya empezaban a entrar en mí esas ganas de entrar en contacto con los alumnos y bueno creo que en definitiva ese era mi destino, pues con el cambio de centro de trabajo pasé a ser bibliotecaria, actividad que de una u otra manera me motivó a prepararme cada vez más. Al poco tiempo, pasé al área de prefectura y fue ahí donde decidí que quería estar frente a grupo dando clases y entonces me inscribí en la Normal Superior para estudiar la Licenciatura en Español. Así estuve como docente frente a grupo por más de diez años trabajando en dos turnos. Después tuve la oportunidad de cambiarme a la modalidad de Telesecundaria, la cual fue una experiencia muy enriquecedora para mi trabajo docente, pues uno tiene que conocer no sólo la asignatura de su especialidad sino de todas las demás. Más adelante estuve frente a la dirección de una escuela de nueva creación; con la gran responsabilidad que implica empezar de cero, sin embargo, estuve dispuesta y así me hice cargo durante seis años de la Escuela Secundaria Técnica de No. 121. En esta institución me colme de experiencias unas gratas y otras no tanto, ya que el trabajo con los docentes, con los alumnos y con los padres de familia te abre el panorama de las necesidades que tiene el país no sólo en educación sino en general y a veces uno trata de componer el mundo, pero la verdad es que se requiere una colaboración conjunta de todos los agentes educativos, de los grupos en el poder y de la sociedad misma. Posteriormente paso a formar parte del equipo de jefes de enseñanza, desde el ciclo escolar pasado, haciéndome cargo de la asesoría y acompañamiento de los docentes de español y del desarrollo de actividades pedagógicas como son cursos, talleres, asesorías, etcétera. Considero que lo más importante de esta actividad que desempeño, es el trabajo hombro a hombro con el docente y en el aula pues ahí donde se conocen las necesidades que imperan en nuestras escuelas. Sin embargo, quiero decir que me falta mucho por aprender y por eso estoy aquí, para seguir superándome y contribuir con mi preparación profesional a la educación; y que aunque llegué al ámbito magisterial por casualidad, me gusta lo que hago y estoy muy orgullosa de haber elegido la profesión de ser maestra, pues sé que sólo educando y transformando el pensamiento de las nuevas generaciones podemos generar un verdadero cambio social, y la docencia nos brinda esa enorme oportunidad, pero hay que prepararse continuamente, pues sólo a través de nuestras acciones lograremos trascender en la función que desempeñamos. Y por mi parte estoy consciente que aún me falta mucho por hacer, estudiar y prepararme para contribuir desde mi trinchera en la transformación de nuestro país.

Mi aventura de ser docente

“Mi aventura de ser docente” Realmente mi incursión al ámbito educativo se dio como se dice coloquialmente, por azares del destino, digo esto porque la verdad nunca me visualice dentro de un salón de clases siendo yo quien estuviera al frente. Sin embargo, es para mí de lo más gratificante describir mediante este relato la forma como ingresé al sistema educativo y cómo me he desarrollado durante los casi veintidós años que tengo de servicio docente. En el año de 1990, yo me encontraba estudiando el cuarto semestre de la carrera de Contaduría Pública y Auditor en la Universidad Autónoma de Puebla, cuando se presentó la oportunidad de obtener una clave como personal administrativo dentro de la Secretaría de Educación Pública, para lo cual me ubicaron en la Escuela Secundaria Técnica No. 56 de la colonia La Roma al norte de la ciudad de Puebla. Ahí es donde tuve mi primer encuentro con lo que sería mi carrera futura, digo esto porque aún cuando mis labores eran administrativas, empecé a tener acercamiento con la dinámica que se genera entre alumnos y maestros, y me llamó tanto la atención que entré a estudiar el Bachillerato Pedagógico. Poco después, casi al año y medio de estar ahí, hubo la oportunidad de cambiarme a otra escuela, la Secundaria Técnica No. 60 de la Colonia San Manuel en la ciudad de Puebla, pero ya empezaban a entrar en mí esas ganas de estar más en contacto con los alumnos y bueno creo que en definitiva ese era mi destino, pues con el cambio de centro de trabajo pasé a ser bibliotecaria, actividad que de una u otra manera me acercó más a ese intercambio, pues constantemente tenía alumnos o grupo de alumnos trabajando en ella, lo cual me gustaba mucho pues ellos al realizar sus trabajos o tareas me preguntaban y a mí me agradaba explicarles o ayudarles y saber que lo que yo sabía o hacía les servía para su formación académica. Cuando ya estaba terminando el Bachillerato Pedagógico, pasé al área de prefectura y ahí decidí que quería estar frente a grupo dando clases y entonces me inscribí en la Normal Superior para estudiar la Licenciatura en Español. Cabe mencionar que estudié danza clásica y danza folclórica de la cual tenía varios cursos y diplomados, por lo que se dio la oportunidad de que me ofrecieran horas de Educación Artística en la Escuela Secundaria Técnica No. 42 de la Unidad Habitacional Infonavit La Margarita. La verdad es que yo estaba muy nerviosa porque aunque ya tenía cierta experiencia como prefecta, en ese momento la responsabilidad era mayor ya que los grupos eran totalmente míos, y aunque el principio fue difícil y mi desempeño tal vez no fue el idóneo siempre traté de dar lo mejor, de auto prepararme y ser autodidacta porque la verdad es que nadie te dice nada, nuestros superiores te dicen todo lo que debes hacer, pero nadie dice el cómo hacerlo y mucho menos que estrategias aplicar para mejorar nuestra práctica docente. Después tuve incremento de horas en la Secundaria Técnica No. 63 en el turno vespertino, pero ya en la asignatura de español. Así estuve como docente frente a grupo por más de diez años trabajando en dos turnos. Después tuve la oportunidad de cambiarme a la modalidad de Telesecundaria, la cual fue una experiencia muy enriquecedora para mi trabajo docente, pues uno tiene que conocer no sólo la asignatura de su especialidad sino de todas las demás. Sin embargo el destino hizo que regresará a Secundarias Técnicas, pues en una reunión con el que había sido mi supervisor en esa modalidad y que en ese momento era ya Jefe de Sector, me propuso regresar pero encomendándome la dirección de una escuela de nueva creación; yo no lo pensé dos veces y le dije que sí, de momento sin pensar en el trabajo y en la gran responsabilidad que implica empezar de cero, sin embargo, estuve dispuesta y así me hice cargo durante seis años de la Escuela Secundaria Técnica de No. 121 de Sta. María Guadalupe Tecola. En esta institución me colme de experiencias unas gratas y otras no tanto, ya que el trabajo con los docentes, con los alumnos y con los padres de familia te abre el panorama de las necesidades que tiene el país no sólo en educación sino en general y a veces uno trata de componer el mundo, pero la verdad es que se requiere una colaboración conjunta de todos los agentes educativos. Posteriormente la que es ahora mi actual Jefa de Sector me invitó a formar parte del equipo de jefes de enseñanza, en una primera convocatoria le dije que no, porque consideraba que todavía no estaba preparada para asumir un puesto que requiere de un experto en la materia de conocimiento, pero que además carga con la enorme responsabilidad de tener sobre sus hombros el desarrollo del trabajo pedagógico de los docentes adscritos a su zona o sector y de los resultados de los aprendizajes de los alumnos. Afortunadamente hubo una segunda oportunidad y aquí estoy desde el ciclo escolar pasado, haciéndome cargo del trabajo con los docentes de español y del desarrollo de actividades pedagógicas como son cursos, talleres, asesorías, etcétera. Pero considero que lo más importante de esta actividad que desempeño, es el acompañamiento hombro a hombro con el docente y en el aula pues ahí donde se conocen las necesidades que imperan en nuestras escuelas. Finalmente podría hacer mención de los logros, premios o reconocimientos recogidos a lo largo de este camino, sin embargo creo que aunque para mi pudieran representar mucho tal vez para otros compañeros maestros pudieran parecer muy poco, por tanto no quiero hacerlo, lo que sí quiero decir es que sé que me falta mucho por aprender y por eso estoy aquí, para seguir superándome y contribuir con mi preparación profesional a la educación; y que aunque llegué al ámbito magisterial por casualidad, me gusta lo que hago y que estoy muy orgullosa de haber elegido la profesión de ser maestra.